Me ha resultado muy dificultoso hacer los ejercicios de memoria al dibujar, ya que hace muchos años que no cojo un lápiz y eso ha hecho que me cueste mucho encajar y acertar en
las proporciones. Al intentar plasmar imágenes solo a partir de recuerdos, he notado que los detalles se desvanecen o se distorsionan, lo que complica que el dibujo se mantenga fiel a la idea que tengo en mente. La falta de práctica también ha hecho que mi mano se sienta poco precisa, y los trazos que antes eran más seguros ahora me salen rígidos e imprecisos. Esto ha evidenciado lo complicado que es volver a familiarizarse con el acto de dibujar cuando se ha perdido la costumbre, especialmente cuando se trata de recordar y plasmar imágenes sin referencias directas.